Proteja sus cultivos del estrés este verano
Las plantas necesitan regularidad. Todo tipo de estrés provoca una disminución de la producción o una pérdida de calidad. Los recubrimientos de sombreo ayudan a que la producción se desarrolle de manera estable.
Los veranos calurosos de los últimos años han demostrado claramente que un exceso de estrés puede generar numerosos problemas en los cultivos hortícolas: mala floración y cuajado, podredumbre apical, descenso de la producción, virus y trastornos de crecimiento.
Los recubrimientos de sombreo pueden desempeñar un papel importante en la prevención y reducir considerablemente estos efectos. Sin embargo, es necesario analizar bien los problemas para elegir el recubrimiento adecuado. A menudo se piensa que el exceso de luz es la causa principal, pero en muchos casos se trata de un problema de calor.
Prestar atención a la luz
Los cultivos hortícolas pueden convertir grandes cantidades de luz en producción. Pero un exceso de luz también puede ocasionar daños. En esos casos excepcionales, se forman demasiados radicales libres: sustancias nocivas que destruyen células y ADN.
No obstante, la planta no está indefensa. Cuando la radiación es demasiado alta, la clorofila activa un mecanismo de protección y la fotosíntesis se reduce temporalmente. Una vez que la radiación disminuye, la clorofila vuelve a su estado original y la fotosíntesis se normaliza.
Las puntas de las plantas son las más vulnerables a este mecanismo de defensa o a daños directos por exceso de luz. La solución consiste en distribuir mejor la luz sobre el cultivo mediante un recubrimiento difusor como ReduFuse o ReduFuse IR.
Estrés térmico
El estrés térmico ocurre mucho más a menudo que el estrés lumínico. Inhibe no solo la fotosíntesis, sino también la actividad de enzimas y proteínas, lo que puede tener múltiples consecuencias negativas. No solo afecta a la calidad del producto, sino también a la resistencia de la planta. En estas condiciones, las enfermedades y plagas encuentran vía libre.
El estrés térmico aparece cuando la temperatura en el invernadero es demasiado alta, pero también puede producirse antes: una radiación elevada provoca que la temperatura de la planta aumente varios grados por encima de la temperatura ambiente, generando daños por calor que no siempre se detectan midiendo solo el aire.
Evaporación
Normalmente, la planta se enfría mediante evaporación. Pero cuando las temperaturas son demasiado altas, la evaporación no compensa la pérdida de agua. Las hojas se ablandan y, para protegerse, los estomas se cierran. Como resultado, la temperatura foliar sigue aumentando.
La fotosíntesis se bloquea por falta de entrada de dióxido de carbono y la producción de enzimas y proteínas se detiene. Esto genera aún más disfunciones. El calcio deja de llegar a los tejidos, provocando podredumbre apical y necrosis; en casos extremos, partes de la planta pueden secarse por completo. Por ello, esta situación no debe prolongarse demasiado tiempo.
El calentamiento del cultivo se debe en gran parte a la radiación infrarroja, también llamada radiación térmica. Como esta radiación no es necesaria para la fotosíntesis, no hay inconveniente en bloquear selectivamente el exceso de calor con recubrimientos como ReduHeat o ReduFuse IR.
Buscar el equilibrio