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Aplicación precisa de recubrimientos con máquina

Un recubrimiento moderno debe aplicarse de la manera más uniforme posible sobre el techo del invernadero. La aplicación mecánica proporciona un resultado mucho más regular que la aplicación manual. Esta es una de las razones por las que cada vez más empresas adquieren una máquina de limpieza de invernaderos con opción de pulverización.

El rendimiento de los recubrimientos de la marca ReduSystems es óptimo cuando la capa aplicada sobre el techo del invernadero es uniforme. Así, todas las plantas del invernadero reciben una protección adecuada. Además, el desarrollo de los cultivos es más uniforme, ya que las condiciones en el interior del invernadero son iguales en todas partes.

Aplicar correctamente los recubrimientos merece atención especial. «Es preferible aplicar el recubrimiento con una máquina en lugar de hacerlo a mano. La máquina permite trabajar más rápido, con mayor precisión y seguridad. La aplicación mecánica también es más precisa que la realizada por helicóptero o avión. Además, se reducen considerablemente las pérdidas, ya que no se pulveriza fuera del invernadero ni en los canalones. Eso supone un ahorro importante», explica Tom Zwanenburg, de la empresa Van der Waay. Esta empresa neerlandesa está especializada en la construcción de máquinas para limpieza y aplicación de recubrimientos en invernaderos.

«Es preferible aplicar el recubrimiento con una máquina en lugar de hacerlo a mano. La máquina permite trabajar más rápido, con mayor precisión y seguridad»

Tom Zwanenburg de l'entreprise Van der Waay

Instrucciones

Muchas empresas ya disponen de su propia máquina para cepillar y lavar los techos de los invernaderos. Estas máquinas pueden ampliarse fácilmente con un módulo de pulverización. El módulo consta de una bomba de membrana, un tanque de mezcla y lanzas de pulverización equipadas con boquillas especiales.

«Aplicar un recubrimiento uno mismo con este tipo de máquinas no es complicado si se toman las precauciones necesarias. Hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas y asegurar un buen ajuste y mantenimiento de la máquina. Si hay demasiado viento o humedad, el resultado no será óptimo. También hay que asegurarse de que las boquillas estén suspendidas a la altura adecuada sobre el techo del invernadero», indica.

Durante la entrega de un Top Cleaner u otro modelo de máquina de pulverización por parte de Van der Waay, el cliente recibe una formación completa a cargo de un especialista. También hay disponibles vídeos tutoriales. Combinar una máquina de limpieza y una de aplicación ofrece una doble ventaja: «Un vidrio limpio te hace ganar dinero. Aplicar el recubrimiento a tiempo y retirarlo en el momento adecuado también supone un ahorro», señala Zwanenburg.

 

Trabajo meticuloso  

Subraya que disponer de una buena máquina es solo una parte del proceso. También es necesario trabajar con precisión. «Es fundamental que aumente la conciencia sobre la importancia de aplicar correctamente un recubrimiento. El responsable de cultivo debe supervisar las operaciones desde el principio. El recubrimiento tiene un impacto directo en los resultados del cultivo», remarca.

Para lograr una capa uniforme, es importante que todas las boquillas suministren la misma cantidad de líquido y que la velocidad de avance esté adaptada al caudal. «Esto se puede ajustar manualmente, pero resulta aún más sencillo con un ordenador de pulverización. Este calcula en todo momento el caudal y la cantidad a aplicar, y ajusta automáticamente la velocidad de avance.»

 

Mantenimiento  

El mantenimiento de la máquina es crucial para su buen funcionamiento. «Eso significa limpiarla tras cada uso y sustituir las boquillas a tiempo. Con el uso, las boquillas se desgastan y dejan de garantizar una pulverización uniforme. Hay que adelantarse a ese momento.»

La empresa Van der Waay trabaja continuamente en el perfeccionamiento de sus máquinas. Con el tiempo se han vuelto más ligeras, y el control y manejo han mejorado. También se presta más atención a las instrucciones sobre la concentración adecuada. «Es esencial utilizar la cantidad exacta de cubos por hectárea y diluirla con la cantidad exacta de agua. Todavía se cometen errores en la práctica. Por eso ponemos mucho énfasis en proporcionar las instrucciones correctas», concluye.